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Estudios y documentos de interés para sacerdotes
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sábado, 10 de mayo de 2008

Manual de la Imperfecta homilia. XXI

21. QUE PIENSA LA GENTE DE NUESTRAS HOMILIAS

En que llegan a juicio final las homilías. Dies irae, dies illa. La parusía entra a escena. Y las trompetas apocalípticas. Dios nos tenga de su mano.

Tres presbíteros de la santa madre Iglesia, auxiliados por otros tantos beneméritos laicos, se dieron a la tarea semiolímpica de enviar seis centenares de cartas, contestación pagada, para una especie de encuesta, test o cardiograma en que el futurible corresponsal contestara, libre de cualquier inhibición, una sola pregunta: Cuál es la peor homilía que usted ha escuchado en su vida.

Se seleccionaron los encuestados tal como mandan los cánones, de diversa región, edad y profesión, sin que faltaran unos cuantos predicadores, que son los que menos escuchan-la palabra de Dios como que tienen que anunciarla. Igual que las campanas de la torre, llaman a misa pero jamás entran a oírla. No se puede repicar y andar en la procesión.

Fue inútil que los amigos presionáramos para que se publicara en libro el resultado de la encuesta. Tienen ustedes asegurado el éxito. El libro servirá más que cualquier manual engorroso sobre el tema. No se decidieron. Pero en un gesto de inusitada generosidad, facilitaron el material para resumir aquí, así sea en dosis homeopática, lo que la gente piensa y comenta con los vecinos acerca de la homilía dominical. La peor que un cristiano ha oído jamás en su azarosa vida.

Nota bene. Se suprime el nombre del predicador por estrictas razones de humildad, no vaya a tener tentaciones luciferinas de orgullo, alabado sea Dios; pero no pierde sus derechos de autor. Lo hablado, hablado queda. Cualquier semejanza presumible con algún predicador que usted conozca, debe imputarse exclusivamente a la casualidad, que es madre de muchas contingencias y una que otra jaqueca.

Encuesta 8. María Guadalupe García de Lozano. Casada, 32 años de edad, trabajos de hogar, vivo en Guadalajara. Un tiempo pertenecí a la Acción Católica, la abandoné desde que tuve gemelos.

“¿La peor homilía que he oído en mi vida? Es muy difícil contestar, pues he oído varias que son peores. Ahora me acuerdo de una que tengo muy grabada. Tal vez porque el evangelio de ese domingo trataba sobre las bodas de Caná, el padre habló del control de natalidad. Un tema que a mí en lo personal me interesa mucho, también a mi marido. Por más que puse atención, no entendí nada, el sermón fue muy elevado, cómo dijera yo, no estaba al alcance de la gente. El padre hacía distinciones muy sutiles entre conciencia errónea y conciencia perpleja, terapia curativa y terapia preventiva, teoría de Ogino y teoría de Knaus, causas de un solo efecto y causas de doble efecto. El padre ha de ser muy sabio, cómo no, y uno tan ignorante. ¿No habrá un lenguaje popular que traduzca para todos el mensaje de la Biblia y la doctrina del magisterio de la Iglesia? De otra manera las encíclicas no nos llegan, se detienen en estacionamientos exclusivos. Perdonen ustedes esta respuesta tan mal hilvanada…

Encuesta 65. Fidel Guevara, alias el Chu-en Lai, 20 años, estudiante universitario, carrera de Ciencias políticas y sociales. Vivo en la Ciudad de México.

“¿Homilías? ¿Con qué se come? Hace años no oigo las prédicas de los curas. Se la pasan hablando del otro mundo como si no existiera éste. Del infierno de allá, pero jamás aluden al infierno de aquí, las guerras, el hambre, el desempleo, la injusticia. Mucho Dios y poco prójimo. Mucha fe y pocas obras. Me gustaría que...” (Censurado).

Encuesta 133. Sor María Encarnación de la Transfiguración del Señor, en el mundo Petra Castillo, religiosa de votos perpetuos, 77 años, convento de San Luis Potosí.

“Dios bendiga a sus reverencias por largos años. Obtenido el permiso de nuestra reverenda madre, paso a decirles que a mí me gustan todas las homilías, con espíritu de fe hay que oír la palabra de Dios y no buscar las vanidades de la sabiduría de este mundo.

Yo creo que la peor homilía sería aquella que no estuviera inflamada en el amor de Dios, sin espíritu sobrenatural; pero no creo que existan esas homilías. No me imagino a un sacerdote predicando sin un alma humilde, pura y encendida como la de nuestra Madre Santa Teresa traspasada por el serafín. Indigna hija que a vuestras fervorosas oraciones se encomienda”.

Encuesta 197. Juan Francisco Garza y Garza, médico, 52 años, vivo en Monterrey.

“La peor, la escucho cada domingo en mi parroquia. El padre no dice nada, lo que se dice nada (non ens seu negatio entis), porque quiere decir mucho, y el que mucho abarca poco aprieta, y el que quiere la col quiere las hojas de alrededor. El domingo pasado rozó diez temas, uno por minuto, sin que fallara el tema de la unción de los enfermos. Es un apóstol de la unción de los enfermos. El pobre es reumático, artrítico y esclerótico. Doy fe, soy su médico de cabecera”.

Encuesta 224. Oscar Anzaldo, 18 años, futbolista, campeón de natación en la rama juvenil, vivo en Acapulco.

“Telégrafos Nacionales de México. Peor homilía, la larga. Saludos.”

Encuesta 310. Señorita Blanca Flores, de 56 años, soltera por convicción, doy clases de bordado, vivo en León.

“Con todo gusto me permito decirles que no estoy de acuerdo en la encuesta que ustedes promueven, pues dan por hecho que hay homilías peores, cuando que todas son muy bonitas. Y como para muestra basta un botón, aquí acompaño una copia del sermón que predicó el padre prior (léase prior) a mi sobrina el día que ella cumplió quince años.

‘Carísima hija. Allá cuando los rosicleres de la aurora despuntaban en un mar de nubes multicolores, viniste tú a esta tierra lóbrega y sombría como un rayo de luz que dispara las horrísonas tinieblas. Dios en su infinita misericordia, insuflándote un alma inmortal, hízote a su imagen y semejanza como por boca del Espíritu Santo confiesa el Génesis. El gran Agustín de Hipona asienta que la creación de un alma es obra deífica superior a la creación de los astros, (ni comida sin tocino, ni sermón sin Agustino). Ahora llegas a la cumbre bañada por el sol incandescente de la juventud con un alma pura e inmaculada cual gota temblorosa de rocío para salir de este sagrado recinto entonando al Creador cánticos mil y mil de acción de gracias’. (La sobrina, vestido de organza y escote en y, salió del sagrado recinto directamente al Salón Fiesta Palace donde la gota de rocío inició el baile amenizado por dos orquestas de la localidad)”.

Encuesta 348. Pedro Páramo, sacerdote, 31 años, profesor de Teología Dogmática en el seminario. Vivo en la blanca Mérida.

“La peor homilía es la que acusa imprecisión teológica por falta de estudio y actualización. En muchas homilías, este servidor ha escuchado incorrecciones no precisamente por exceso, sino por defecto, originadas por la rutina más bien que por la audacia. No es Catecismo Holandés o los teólogos de avanzada quienes pesan sobre estos sermones, sino los más antiguos enfoques moralizantes y pesimistas. No se trata de avances excesivos, sino de conformismo. El dato es grave, porque es de esa predicación rutinaria y anquilosada de la que la mayoría del pueblo de Dios únicamente se alimenta. El peligro no es que estemos ya en el siglo XXI, sino que aún estamos en el XIX”.

Encuesta 415. Romualdo Ovalle, 23 años, diácono, estudio en el seminario de Tula.

“Interesadísimo por la encuesta que ustedes realizan, pues aquí en nuestro seminario hemos hecho algo parecido grabando veinticinco homilías que posteriormente analizamos. A mí me tocó entresacar las frases ingenuas, débiles, chuscas, quizá insostenibles. Por ejemplo.

“Dios nos manda a este mundo para que suframos. El pecado deforma el alma haciéndola más o menos participante del demonio. Las mujeres también son hombres como nosotros. Las cosas de este mundo no valen nada. Recemos por los difuntos, especialmente por éste que nos acompaña. O sea, que practiquemos la justicia auténtica, no sólo dar a cada uno lo que es suyo, sino no robar nada a nadie, dijo el apóstol San Pablo. El papa también es un pecador. Si no estuviéramos bautizados, ¿cómo andaríamos?

Encuesta 476. Roberto Rebolloso y Zárate. Edad: media. Ocupación: canónigo de la Santa Iglesia Catedral de la Puebla de los Ángeles.

“Ami humilde juicio, la peor homilía es la que no interesa a nadie, la que no parte ni se nutre de la Biblia, la que no relaciona la palabra de Dios con la vida del hombre, la que no da una visión de la fe como compromiso dinámico y operante. Por ahí se dice que la predicación peca de temporalismo, la realidad es que en la mayoría de los casos es un espiritualismo desencarnado lo que predomina. Volver a la Biblia, vivirla y hacerla vivir”.

Encuesta 552. Salvador y Dolores Villalpando, del Movimiento Familiar Cristiano de Zacatecas.

“Lo que a nosotros nos inquieta es otra cosa. ¿Cuántas homilías se dicen en México cada domingo? ¿Y en el mundo? Torrentes. ¿No se estará desperdiciando tanta fuerza?

Si se lograra una seria renovación de las homilías, se lograría en consecuencia la renovación de la fe querida por el Concilio y el Santo Padre.

Conseguir que los trescientos mil sacerdotes tomen en serio a sus fieles y la palabra de Dios, y que los tomen en serio todos los domingos de su vida, ésta sí que es una gran tarea para la Iglesia. A lo mejor, se ha trabajado muy poco en ella”.

Encuesta 600.

—Estimado amigo Joaquín Antonio Peñalosa. Como sabemos que usted está preparando un libro con el título “Manual de la imperfecta homilía” o “Cómo predicar mal”, le suplicamos a la mayor brevedad posible que nos diga su real parecer sobre la peor homilía que usted ha oído.

—Con todo gusto. La oí ayer mismo y yo mismo la prediqué. Como me oí bastante bien, por eso me oí bastante mal. Pero como aún no escribía yo este librillo, no había podido leerlo ni mucho menos ponerlo en práctica. No es lo mismo hablar de toros que estar en el redondel. Así Dios nos ayude y estos santos evangelios. Me repito de ustedes su atento y seguro servidor que más desea verlos que escribirles...

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